Hoy 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental, decretado por la Organización Mundial de la Salud. Cada año eligen un enfoque diferente para generar conciencia y reducir la estigmatización sobre las personas que padecen algún trastorno. Este 2024, el enfoque que eligieron es: priorizar la salud mental en el trabajo. Un tema que para los médicos representa un reto debido a que a menudo enfrentan largas jornadas, deben tomar decisiones de vida o muerte, y se someten a un alto nivel de estrés, lo que hace que para ellos sea un tema de alta relevancia.

Priorizar la salud mental en un entorno tan demandante requiere más que recomendaciones generales. Aquí te ofrecemos estrategias concretas para proteger tu bienestar mental sin descuidar la excelencia profesional.

  1. Cuida tu relación con la incertidumbre
    Uno de los mayores desafíos en la medicina es la incertidumbre. No siempre hay respuestas claras ni caminos evidentes, lo que puede generarte ansiedad. Desarrollar una relación saludable con la incertidumbre es clave para mantener el equilibrio emocional. En lugar de resistir o temer lo que no puedes controlar, acepta que forma parte inherente del proceso médico. Trabaja en la capacidad de tomar decisiones bajo presión sin buscar siempre certezas absolutas.

    Para lograrlo, define tus límites con la información disponible. a decir «esto es lo que sabemos ahora» tanto a ti mismo como a tus pacientes, y busca apoyo en colegas cuando te enfrentes a casos complejos o difíciles.

  2. Incorpora micro-respiraciones conscientes
    No siempre es posible tomar largos descansos en medio de las jornadas de un médico. Sin embargo, las pausas cortas y conscientes, aunque sean de un minuto, pueden tener un impacto significativo en tu bienestar. Estas «micro-respiraciones» son momentos en los que detienes toda actividad y te enfocas en tu respiración, regulando el sistema nervioso. Puedes hacerlo en el espacio que te queda en la atención entre pacientes o después de procedimientos. Toma un minuto para cerrar los ojos, respirar profundamente y reconectar contigo mismo. Solo un minuto puede calmar tu sistema nervioso y hacerte sentir más presente para lo que sigue.

  3. Redefine el concepto de eficiencia
    El sector médico tiende a equiparar eficiencia con velocidad, pero este enfoque puede ser agotador. En lugar de solo medir tu éxito por cuántas consultas o procedimientos realizas en un día, considera la eficiencia como la capacidad de cuidar a tus pacientes sin sacrificar tu salud mental. Un médico quemado difícilmente puede ofrecer su mejor versión. Para lograrlo, puedes integrar pequeños chequeos mentales a lo largo de tu día. Pregúntate cómo te sientes física y emocionalmente, y ajusta tu ritmo si es necesario. No temas disminuir la velocidad si eso te permite mantener la claridad y el enfoque.

  4. Establece límites de energía emocional
    Para los médicos, es fácil absorber el estrés y las emociones de los pacientes, lo que puede llevar a un desgaste emocional severo. La clave está en establecer límites saludables que te permitan brindar empatía sin quedar drenado emocionalmente. Esto lo puedes llevar a la práctica antes de cada interacción con un paciente, recuérdate a ti mismo que tu rol es guiar, no asumir. Piensa en ti como un faro: emites luz, pero no te dejas llevar por las tormentas. Desarrollar una «separación emocional consciente» te ayudará a proteger tu salud mental sin perder la humanidad en el trato.

  5. Busca un espacio de vulnerabilidad profesional
    La cultura médica muchas veces no deja espacio para la vulnerabilidad. Sin embargo, tener un lugar seguro donde compartir tus miedos, dudas y frustraciones es vital para tu salud mental. Esto puede significar buscar apoyo en un mentor, un grupo de colegas, o incluso terapia psicológica especializada en profesionales de la salud. El objetivo es que identifiques a una persona de confianza o un grupo de apoyo donde puedas ser genuino sobre tus emociones. La vulnerabilidad no te debilita, sino que te permite procesar y liberar el estrés acumulado, haciéndote más resiliente a largo plazo.

  6. Aprende a delegar y decir “no”
    Muchos médicos asumen que deben estar disponibles todo el tiempo, lo que contribuye al agotamiento crónico. Aprender a decir «no» a demandas no esenciales o a delegar ciertas tareas, esto puede liberar tiempo y energía para ti y para el bienestar de tus pacientes. Recuerda que decir «no» a ciertas demandas externas no te convierte en menos comprometido, sino en alguien que sabe priorizar su energía.

    Esperamos que puedas llevar a la práctica estos consejos, y que te ayuden a darle el lugar importante que debe tener tu salud mental en tu lugar de trabajo. Sabemos que no es tarea fácil, pero es necesario que des el primer paso. Hoy 10 de octubre, día mundial de la salud mental, empieza a priorizar tu salud mental.

    Recuerda que con nosotros, puedes acceder a espacios de asesorías grupales o personalizadas, en donde puedes trabajar el desarrollo de estrategias de gestión emocional, distribución del tiempo, entre otros aspectos que pueden ayudarte a manejar el estrés y la salud mental en tu lugar de trabajo.