A lo largo de tu carrera profesional en la medicina has enfrentado retos personales y laborales que seguramente te han replanteado el porqué de lo que haces, de tus esfuerzos y de si realmente valen la pena los sacrificios que constantemente debes hacer. Esto puede llevarte a la saturación, la desmotivación, el agotamiento y el desgaste emocional. Es en estos momentos cuando contemplas la posibilidad de rendirte, y es esencial volver a mirar cuál es tu propósito. Esa brújula interna que ayuda a elegir el camino.

El propósito no solo ayuda a mantener el enfoque en los objetivos a largo plazo, sino que también da sentido a los sacrificios diarios. Es lo que te impulsa a levantarte cada día, incluso después de largas guardias o frente a situaciones emocionalmente agotadoras. Cuando logras conectar con tu propósito, encuentras una fuente inagotable de energía y resiliencia que te permite superar los obstáculos.

El propósito también actúa como un refugio en momentos de duda. Saber que estás trabajando por algo más grande que tú mismo —ya sea el bienestar de los pacientes, el avance de la medicina, entre otras— te da la fortaleza para seguir adelante. Sin embargo, en medio de la rutina, el propósito puede desdibujarse. Aquí algunas formas de reconectar con él:

Cómo reconectar con tu propósito en la medicina

  1. Reflexionar sobre los inicios: a veces, en el ritmo acelerado y exigente de la vida médica, es fácil perder de vista las razones fundamentales por las que decidiste ser médico. Una forma poderosa de reconectar con tu propósito es retroceder en el tiempo y pensar en aquellos momentos que te impulsaron a seguir este camino. ¿Qué sentiste cuando te diste cuenta de que la medicina era tu vocación? ¿Qué te
    inspiró a querer ayudar a otros? Recuperar esos recuerdos te permite revivir la pasión y el entusiasmo iniciales. Es útil escribir o verbalizar estos momentos, como si estuvieras hablándole a tú «yo del pasado» que todavía tiene ese fuego por hacer la diferencia.

  2. Celebrar los pequeños logros: la rutina diaria de un médico está llena de pequeños éxitos que, con frecuencia, pasan desapercibidos por la presión de alcanzar objetivos mayores. No obstante, cada consulta, cada diagnóstico acertado y cada intervención exitosa son logros significativos que impactan la vida de tus pacientes. Tomarte el tiempo para reconocer estos momentos puede ser un poderoso recordatorio de que estás cumpliendo tu propósito a diario. Llevar un diario donde puedas anotar tus pequeños logros y reflexionar sobre el impacto que generas en la vida de otros te ayudará a darle valor a tu contribución más allá de los grandes hitos.

  3. Buscar mentoría y apoyo: la medicina puede ser una carrera solitaria a pesar de estar rodeado de personas. Tener un mentor o una comunidad de colegas es crucial para sentirte acompañado en tu camino. Un mentor puede proporcionarte una perspectiva externa que te ayude a replantear tus desafíos, reflexionar sobre tu trayectoria y orientarte en momentos en los que sientas que tu propósito se desvanece. El apoyo de colegas también ofrece una oportunidad para compartir experiencias, aprender de los demás y sentir que no estás solo en las dificultades que enfrentas. Además, un buen mentor puede recordarte lo valioso que es tu trabajo, dándote el impulso emocional que necesitas para seguir adelante con motivación.

  4. Reformular el éxito: la medicina es una profesión con estándares extremadamente altos, donde el éxito suele medirse en términos de logros académicos, publicaciones o reconocimiento profesional. Sin embargo, reconectar con tu propósito implica redefinir lo que significa «tener éxito». El verdadero éxito en la medicina está en tu capacidad de impactar la vida de los demás, en mejorar su bienestar y ofrecerles una mejor calidad de vida. Al reformular el éxito de esta manera, tu propósito se alinea más con tu labor diaria y no solo con la obtención de premios o reconocimientos externos. Esta nueva visión te permitirá mantener la motivación, ya que entenderás que estás cumpliendo con tu propósito cada día, con cada paciente atendido.

Conectar o reconectar con el propósito es esencial para que puedas seguir avanzando, reconociendo el sentido de lo que haces, manteniendo el foco que te ha traído hasta donde estás, y que te llevará hasta donde estés dispuesto a llegar. Si tienes un colega que necesite reconectar con su propósito como médico, envíale este artículo para que recupere la brújula interna que lo guiará hacia donde tenga que ir.