Presentarse a un examen de admisión a especialidades médicas, no es solo una exigencia académica, es sobre todo una prueba emocional. No importa si estás a punto de hacerlo por primera vez, o si ya has tenido varios intentos, cuando estás poniendo lo que has aprendido bajo este tipo de presión, no se trata solo de medir tus conocimientos médicos, sino también de dar un paso hacia tus sueños, de poner a prueba tu esfuerzo, de tener que enfrentar los comentarios de tus allegados, entre muchas otras cosas. 

Bajo esta perspectiva, la salud mental, al momento de presentar un examen de admisión a especialidades médicas, debe pasar a ser parte fundamental de tu plan de preparación.

Este es el lado invisible del examen, que paradójicamente determina los resultados

Antes del día de la prueba, muchos médicos enfrentan:

  • Ansiedad anticipatoria constante.
  • Miedo al fracaso y al juicio externo.
  • Culpabilidad por descansar.
  • Síndrome del impostor.

Por esto, prepararse emocionalmente es igual de importante a prepararse en los conocimientos académicos.

Así puedes enfrentar los retos emocionales que implican presentar pruebas:

1. Normaliza sentirte vulnerable

No eres la única persona a la que le pasa que siente que su salud mental está afectada debido a la ansiedad y el estrés de presentar exámenes de admisión. La mayoría lo vive, aunque no lo diga en voz alta. Aceptar que sientes miedo o ansiedad no te hace débil, te hace humano. Puedes hablarlo con otros colegas para normalizarlo, te sorprenderás con la empatía que puedes encontrar al decir lo que sientes a personas que seguramente están pasando por lo mismo que tú

2. No estudies desde el castigo

Estudia porque quieres estar más cerca de tu meta, porque te apasiona lo que haces, no para huir, no por miedo de “quedarte atrás”, aunque aún no lo veas, la energía que le imprimes a las cosas que haces influye más de lo que te imaginas, porque determina si logras sostener un hábito o si lo abandonas; entonces procura estudiar desde el entusiasmo, la disciplina, la determinación, pero nunca desde el castigo.

3. Pon pausas como parte del plan de preparación

Parte fundamental de mantener tu salud mental mientras te preparas para un, es el descanso, tiene que haber tiempo para la pausa, esta tiene que ser parte de tu estrategia de preparación, porque es la fase en la que tu memoria consolida lo aprendido. Puedes recurrir a técnicas de estudio como la Pomodoro, en la que tienes minutos de descanso de acuerdo al tiempo que llevas estudiando. También puedes agendar días al mes en los que te vas a dedicar al ocio y al descanso.

4. Visualiza el proceso, no solo el resultado

No pongas todo tu bienestar emocional en un número, porque como profesional de la medicina necesitas entender que eres más que conocimientos académicos, eres los pacientes a los que has ayudado, el “gracias” que recibes cada día, la pasión con la que haces las cosas; eres también tus otros roles como hijo, amigo, pareja; eres tus hobbies, tus gustos… Así que un número o un lugar en una lista no define lo que eres o lo que puedes llegar a ser. Celebra cada avance: ese tema que por fin entendiste, esa simulación que te fue mejor, ese día que sí lograste estudiar sin ansiedad.Prepararte para un examen de admisión, también es aprender a regularte emocionalmente bajo presión. Y si no lo haces ahora, difícilmente podrás sostener una residencia o una vida médica sana. Por eso, prioriza tu salud mental, cuida tu diálogo interno, y disfruta el proceso.