La práctica médica no se limita al conocimiento científico ni a la destreza técnica. Cada día, los médicos enfrentan escenarios cargados de emociones: pacientes con miedo, familias ansiosas, colegas bajo presión y decisiones que pueden cambiar vidas. En este contexto, la inteligencia emocional se convierte en una herramienta esencial para fortalecer la relación con pacientes y para fomentar equipos de trabajo más colaborativos y resilientes.

¿Qué es la inteligencia emocional en medicina?

La inteligencia emocional implica la capacidad de reconocer, comprender y gestionar tanto las emociones propias como las de los demás. En el entorno hospitalario o de consulta, esto significa:

  • Regular el estrés para comunicar con claridad.
  • Empatizar sin dejarse arrastrar por la carga emocional.
  • Resolver conflictos con colegas de manera constructiva.

Te sugerimos estas herramientas que pueden ayudarte a mejorar tu inteligencia emocional en tu entorno médico

1. Autoconciencia emocional

Antes de atender a otra persona, es clave reconocer lo que uno mismo siente, para mejorarlo puedes hacer lo siguiente: antes de entrar a una consulta o reunión, respira profundamente y pregúntate: “¿cómo me siento ahora?”. Identificar si estás cansado, ansioso o irritable, te permitirá regular tu respuesta.

2. Escucha activa con pacientes y colegas

Más allá de las palabras, los gestos, silencios y tonos transmiten información valiosa sobre lo que el otro siente y sobre lo que está intentando decir. Puedes mejorar tu escucha activa, haciendo esto: mantén contacto visual, evitando interrumpir y valida lo que la otra persona expresa con frases como: “entiendo que esto le preocupa” o “veo que esta situación es difícil para ti”.

3. Regulación emocional en situaciones de tensión

Los médicos están expuestos a diagnósticos complejos, emergencias y discusiones con colegas, para que puedas gestionar de manera adecuada estas situaciones, puedes aplicar la técnica del “pausa-respuesta”. Antes de reaccionar, respira, cuenta hasta tres y formula tu respuesta con calma. Esto evita respuestas impulsivas que pueden escalar un conflicto.

4. Comunicación asertiva con colegas

En ambientes de alta presión, como guardias o juntas médicas, la asertividad es clave, por eso necesitas comunicarte bien con tus colegas para que los resultados sean los mejores. Si quieres aprender a tener una comunicación asertiva con tus colegas, intenta aplicar la técnica DESC (Describe, Express, Specify, Consequences), que consiste en:

  • Describir la situación sin juicios.
  • Expresar cómo te sientes.
  • Especificar lo que necesitas.
  • Exponer las consecuencias si se actúa o no.
    Ejemplo: “Cuando se interrumpe mi explicación (describe), me siento frustrado (expresa). Necesito que podamos terminar de escuchar cada caso (específica), para garantizar que todos estemos en la misma página (consecuencia)”.

La inteligencia emocional no es una competencia clínica, pero marca la diferencia en cómo realizas tu trabajo y en cómo logras sostener el alto rendimiento en el tiempo. Aplicar estas herramientas mejora la relación médico-paciente, fortalece la comunicación con colegas y protege la salud mental del propio médico. Al final, no solo se trata de curar cuerpos, sino de generar confianza, apoyo y humanidad.