Tú como profesional de la medicina también puedes construir hábitos saludables que se adapten a tu estilo de vida acelerado, a extensas jornadas y altas responsabilidades. Aunque parezca imposible, no lo es, para poder dar lo mejor de ti necesitas ocuparte de tu bienestar, de lo contrario tu vida se verá afectada tanto en el ámbito personal como laboral. Es cuestión de que crees estrategias que te permitan construir una cotidianidad en la que tu salud prime. Aquí te compartimos algunas estrategias efectivas y simples para lograrlo:
- Acepta que el autocuidado no es egoísmo, es necesidad
Es común que los médicos prioricen a sus pacientes por encima de su propia salud. Sin embargo, no puedes cuidar a otros si tú mismo estás agotado. Ver el autocuidado como una parte esencial de tu práctica médica es el primer paso para adoptar hábitos saludables. ¡Reconoce la importancia que merece!
- Haz del sueño tu mejor aliado
Los turnos nocturnos y las jornadas extendidas pueden alterar tu descanso, pero pequeñas acciones pueden ayudarte a compensarlo:
● Establece una rutina de sueño los días libres.
● Usa máscaras para bloquear la luz o tapones para los oídos si tienes que dormir de día.
● Practica técnicas de relajación para maximizar el descanso en el tiempo disponible.
- Planifica tu alimentación, incluso en los días más ocupados
Saltarte comidas o depender de snacks rápidos y poco nutritivos puede pasar factura. Para evitarlo:
● Lleva comidas preparadas de casa que sean nutritivas y fáciles de calentar.
● Mantén snacks saludables como frutos secos, frutas o barras de proteína en tu estación de trabajo.
● No olvides hidratarte. Lleva siempre contigo una botella de agua reutilizable.
- Incorpora el ejercicio a tu rutina, aunque sea en pequeñas dosis
No necesitas pasar horas en el gimnasio; la clave está en la constancia. Algunas ideas:
● Realiza ejercicios cortos de 10-15 minutos, como yoga o entrenamiento funcional, en casa o en tu consultorio.
● Camina siempre que sea posible: utiliza las escaleras en lugar del ascensor o camina mientras haces llamadas.
● Usa tus días libres para actividades físicas que disfrutes, como nadar, andar en bicicleta o bailar.
- Pon límites claros a tu tiempo de trabajo
El deseo de ayudar puede hacer que los médicos se excedan en sus horas laborales, pero establecer límites es crucial.
● Aprende a decir “no” cuando tus responsabilidades adicionales comprometan tu salud.
● Usa un calendario para bloquear momentos para ti, tu familia o tus hobbies.
- Cultiva hábitos mentales saludables
La salud mental es tan importante como la física. Para manejar el estrés y la carga emocional de tu profesión:
● Practica mindfulness o meditación por al menos 5 minutos al día.
● Habla con colegas o un terapeuta para procesar emociones difíciles.
● Lleva un diario donde puedas reflexionar sobre tus logros y desafíos.
- Celebra tus logros, no importa cuán pequeños sean
Reconocer lo que haces bien es esencial para mantenerte motivado. Celebra desde un día productivo hasta haber descansado mejor o haber dedicado tiempo a tus hobbies favoritos. Los pequeños pasos construyen un bienestar integral.
- Renuncia al síndrome del “superhéroe”
Eres un ser humano, reconoce tu vulnerabilidad, acepta que NO puedes con todo, y eso está bien. Si no lo reconoces a tiempo, tendrás que aceptarlo cuando ya te encuentres en una situación que te supere. Pide ayuda cuando la necesites y cuida de ti.
- Mira con lupa tus excusas
La frase con la que tienes que tener más cuidado para poder construir hábitos saludables es “No tengo tiempo”, porque realmente sí lo tienes, lo que necesitas es empezar a priorizar. Si no te organizas para tener tiempo para tus hábitos saludables, luego sí o sí, tendrás que hacerlo para atender alguna enfermedad que desarrolles por no cuidar de tu salud.
Adoptar hábitos saludables siendo médico no solo mejorará tu calidad de vida, sino también tu capacidad para ofrecer un mejor cuidado a tus pacientes. Empieza con un cambio pequeño y constante, y recuerda: cuidar de ti mismo es una parte fundamental de ser un profesional exitoso y equilibrado. Envíale este artículo al colega con síndrome de “superhéroe” que necesita urgentemente atender su bienestar y leer sobre ideas sencillas, pero efectivas que le ayudarán a hacerlo.