Ser médico, es una profesión que, al ser de alta exigencia, tener que enfrentar diariamente historias y emociones difíciles, y enfrentar jornadas extenuantes, puede poner al límite nuestra resiliencia, por ende, nuestra salud mental. Por eso, es importante encontrar estrategias que permitan fortalecer esta capacidad. En este artículo te vamos a explicar qué es la resiliencia en el contexto médico, cómo se erosiona, y con qué herramientas puedes contar para fortalecerla.
¿Qué es resiliencia en el contexto médico?
La resiliencia es la capacidad de adaptarse, resistir y recuperarse frente al estrés, el dolor emocional o las situaciones difíciles.
¿Por qué se erosiona la resiliencia médica?
- Jornadas prolongadas y falta de descanso real.
- Contacto frecuente con el sufrimiento humano.
- Presión por tomar decisiones críticas en segundos.
- Poco espacio para el autocuidado.
- Estigma profesional frente al agotamiento o pedir ayuda.
Herramientas para fortalecer tu resiliencia como médico
1. Practica la autocompasión
Ser resiliente no es ser perfecto ni aguantar todo sin hablar, por eso, la autocompasión toma un papel esencial en el proceso de fortalecer la resiliencia, ya que consiste en reconocer tus límites, aceptar tus errores y tratarte como tratarías a un colega a quien le tienes aprecio.
Tip rápido: cada vez que te critiques, pregúntate: ¿Le habrías hablado así a otro médico que aprecias?
2. Ten espacios breves de recuperación
La resiliencia se construye en los pequeños espacios del día a día, esos momentos en los que te das un respiro para recuperar fuerzas y continuar. Puedes hacerlo así:
- Respira profundo antes de entrar a ver un paciente.
- Estírate y desconéctate 2 minutos entre pacientes.
- Toma agua, no solo café.
3. Conecta con colegas que validen, no que juzguen
Para fortalecer la resiliencia, también necesitas contar con un entorno que te ayude a validar tus emociones, tus procesos, por eso, evita los entornos donde se glorifica el sufrimiento, y busca espacios donde puedas hablar sin culpa, compartir lo que sientes y sentirte escuchado.
4. Reformula el error clínico
Reformular el error clínico, es cambiar la perspectiva, es reconocer que te equivocaste, y decidir aprender de esa situación. Porque equivocarte te hace una persona absolutamente normal, capaz de revisar con humildad y ajustar tu práctica médica, lo que fortalece tu resiliencia.
5. Cultiva una identidad más allá del consultorio
Antes de ser médico, ya eres un montón de cosas, ya tenías gustos definidos, una familia, amigos, planes favoritos, etc. Protege todo eso que también eres, fortalece esas áreas de tu vida, porque ese es tu centro emocional, el lugar al que puedes volver para encontrarte a ti mismo cuando te sientas perdido o abrumado.
Ten en cuenta que la resiliencia no es aguantar, es encontrar la manera de adaptarte sin que pierdas tu centro, sin olvidar las razones por las que haces lo que haces. Estas herramientas que te brindamos, pretenden que encuentres los espacios que te den un respiro y que te ayuden a recordar tu propósito en medio del esfuerzo diario que haces por tus sueños. Al final, la resiliencia se trata de seguir cuidando, mientras tú también te cuidas.