¿En qué consiste este síndrome?

El Síndrome de «Burnout» es un estado emocional que acompaña a una sobrecarga de estrés y que eventualmente impacta la motivación interna, las actitudes y la conducta. La mejor traducción para «Burnout» es «fundirse». También se le ha denominado «Síndrome de Agotamiento por Estrés» y se trata de un fenómeno que no es nuevo, pero que tiende a agravarse con el avance tecnológico. Este síndrome se ha descrito como: agotamiento emocional, malestar somático, sentimientos de alienación, pérdida de motivación y sensación de fracaso, producto de excesivas demandas de energía, fuerza y ​​recursos.

En el ambiente hospitalario, la salud mental requiere una atención especial, debido principalmente a que existen diferentes factores que limitan el desarrollo personal y del trabajo de los empleados, entre ellos: horarios de trabajo, atención a individuos enfermos que en ocasiones enfrentan crisis, el sentimiento provocado por la muerte, las crecientes demandas de las personas que no quedan satisfechas con los servicios recibidos. Dichos factores actúan directamente sobre el individuo y el grupo de trabajo, provocando un malestar que puede manifestarse en fuertes cargas negativas, estrés e insatisfacción, entre otras, lo cual genera una deficiente calidad de la atención hacia el enfermo y en el trabajador de la salud.

Etiología

Se le reconoce como un proceso multicausal y muy complejo, en donde (además del estrés) se ven involucradas variantes como el aburrimiento, crisis en el desarrollo de la carrera profesional, pobres condiciones económicas, sobrecarga laboral, falta de estimulación, pobre orientación profesional y aislamiento. Sumado a los elementos recién nombrados, se describen factores de riesgo, que hacen susceptible al individuo como: componentes personales, formación profesional inadecuada, factores laborales, sociales, ambientales o profesionales.

¿Cuál es la presentación clínica?

Se identifican 3 componentes del SB:

1. Cansancio o agotamiento emocional: pérdida progresiva de energía, desgaste, fatiga
2. Despersonalización: construcción, por parte del sujeto, de una defensa para protegerse de los sentimientos de impotencia, indefinición y frustración.
3. Abandono de la realización personal: el trabajo pierde el valor que tenía para el sujeto. Dichos componentes se presentan de forma insidiosa, no súbita, sino paulatina, cíclica, puede repetirse a lo largo del tiempo, de modo que una persona puede experimentar los tres componentes varias veces en diferentes épocas de su vida y en el mismo o en otro trabajo.

¿Cuáles son los niveles de la presentación clínica?

La clínica del síndrome se esquematizó en cuatro niveles:

  • Leve: quejas vagas, cansancio, dificultad para levantarse en la mañana
  • Moderado: cinismo, aislamiento, suspicacia, negativismo.
  • Tumba: enlentecimiento, automedicación con psicofármacos, ausentismo, aversión, abuso de alcohol o drogas.
  • Extremo: aislamiento muy marcado, colapso, cuadros psiquiátricos, suicidios

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

La prueba más utilizada para el diagnóstico del síndrome de fatiga en el trabajo es el Maslach Burnout Inventory (MBI): que consta de 22 enunciados y cuestionamientos sobre los sentimientos y pensamientos en relación con la interacción con el trabajo, los cuales se valoran en un rango de 6 adjetivos que van de «nunca» a «diariamente», dependiendo de la frecuencia con la que se experimenta cada una de las situaciones descritas en los ítems.

Además del MBI, existen otros instrumentos que permiten evaluar el síndrome de Burnout, varios de ellos evalúan aspectos diferentes a los 3 componentes clásicos:

  • El Copenhagen Burnout Inventory (CBI) valora el desgaste personal, el relacionado al trabajo y el desgaste relacionado con el cliente.
  • El Oldenburg Burnout Inventory (OLBI), a diferencia de los anteriores, solo evalúa el agotamiento y la falta de compromiso con el trabajo.
  • El Cuestionario para la Evaluación del Síndrome de Quemarse en el Trabajo, esta escala española, a diferencia de los anteriores, incluye la «ilusión (desilusión progresiva, pérdida del sentido del trabajo y las expectativas)» como aspecto a evaluar como parte del SB.

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento y su prevención consisten en estrategias que permiten modificar los sentimientos y pensamientos referentes a los 3 componentes del SB, algunas de ellas son:

  1. Proceso personal de adaptación de las expectativas a la realidad cotidiana.
  2. Equilibrio de áreas vitales: familia, amigos, aficiones, descanso, trabajo.
  3. Fomento de una buena atmósfera de equipo: espacios comunes, objetivos comunes.
  4. Limitar la agenda laboral.
  5. Formación continua dentro de la jornada laboral.

Conclusiones

El Síndrome de Burnout posee una alta incidencia entre el personal que se dedica al cuidado de la salud, a pesar de no ser reconocido por el CIE 10, ni los DSM-IV y V como entidad, es conocida la capacidad que posee de afectar la calidad de vida de los individuos que lo sufren (inclusive puede provocar suicidio en los casos más graves), por lo que es vital entenderlo para poder prevenirlo y tratarlo. Debido a sus consecuencias en el ambiente y en el rendimiento de las organizaciones, la prevención y tratamiento del SB trascienden lo individual y permiten obtener beneficios significativos (mayores ingresos económicos, mejor trato al cliente, menor ausentismo, entre otros) de los individuos afectados o en riesgo.

Bibliografía:

  1. Marylin, B. M. (s. f.). El Síndrome del Burnout en personal profesional de la salud. 
    https://www.scielo.sa.cr/scielo.phpscript=sci_arttext&pid=S1409-00151997000200017
  2. Lachiner, S. M., & Fernando, H. M. L. (s. f.). Síndrome de burnout. 
    https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-00152015000100014