Afrofeminas. (2023, 23 agosto). Una enfermedad silenciosa y silenciada: el mal de Chagas. AFROFÉMINAS. https://afrofeminas.com/2021/04/14/una-enfermedad-silenciosa-y-silenciada-el-mal-de-chagas/

Hablemos un poco sobre el panorama general de esta enfermedad

La enfermedad de Chagas, también llamada tripanosomiasis americana, es una enfermedad potencialmente mortal causada por el parásito protozoo Trypanosoma cruzi (T. cruzi). Se calcula que en el mundo hay entre seis y siete millones de personas infectadas por T. cruzi. La enfermedad se da sobre todo en zonas endémicas de 21 países de América Latina, donde se transmite a los seres humanos y otros mamíferos, principalmente por las heces o la orina de los triatominos (vía vectorial), conocidos como vinchucas, chinches o con muchos otros nombres, según la zona geográfica. La enfermedad lleva el nombre de Carlos Ribeiro Justiniano Chagas, el médico e investigador brasileño que la descubrió en 1909.

¿Cómo se distribuye geográficamente? 

Inicialmente, la enfermedad de Chagas estaba confinada a las zonas rurales de la Región de las Américas (exceptuando las islas del Caribe). Debido principalmente a la mayor movilidad de la población en los últimos decenios, la mayoría de las personas infectadas viven hoy en entornos urbanos, y se han ido detectando cada vez más casos en los Estados Unidos de América y Canadá, en muchos países de Europa y en algunos de África, el Mediterráneo Oriental y el Pacífico Occidental.

¿Cómo se transmite?

En América Latina, el parásito T. cruzi se transmite principalmente por contacto con las heces o la orina infectadas de triatominos que se alimentan de sangre. Por lo general, estos insectos viven en las grietas y los huecos de paredes y tejados de casas y estructuras exteriores, como gallineros, corrales y almacenes, en zonas rurales y suburbanas. Normalmente, permanecen ocultos durante el día y entran en actividad por la noche para alimentarse de la sangre de mamíferos, entre ellos los humanos. En general, pican en zonas expuestas de la piel, como la cara, y defecan/orinan cerca de la picadura. Los parásitos penetran en el organismo cuando la persona que ha sufrido la picadura se frota instintivamente, haciendo que las heces o la orina entren en contacto con la picadura, los ojos, la boca o alguna lesión cutánea abierta.

El parásito T. cruzi también puede transmitirse:

Consumiendo alimentos contaminados por el parásito a través del contacto, por ejemplo, con heces u orina de triatominos o marsupiales infectados. Este tipo de transmisión suele provocar brotes con una morbilidad más grave y una mayor mortalidad; por la transmisión de la madre infectada a su hijo durante el embarazo o el parto; por transfusiones de sangre o productos sanguíneos de donantes infectados; por el trasplante de órganos provenientes de una persona infectada, y por accidentes de laboratorio.

¿Cuáles son los principales signos y síntomas?

La enfermedad de Chagas tiene dos fases. Inicialmente, la fase aguda dura unos dos meses después de contraer la infección. Durante esa fase aguda, aunque una gran cantidad de parásitos circulan por el torrente sanguíneo, en la mayoría de los casos no hay síntomas o estos son leves y no específicos. En menos del 50% de las personas picadas por un triatomino, un signo inicial característico puede ser una lesión cutánea o una hinchazón amoratada de un párpado. Además, esas personas pueden presentar fiebre, dolor de cabeza, aumento del tamaño de los ganglios linfáticos, palidez, dolores musculares, dificultades para respirar, hinchazón y dolor abdominal o torácico.

Durante la fase crónica, los parásitos permanecen ocultos principalmente en el músculo cardíaco y digestivo. Entre uno y tres decenios después, hasta un tercio de los pacientes sufren trastornos cardíacos y uno de cada diez presenta alteraciones digestivas (típicamente, aumento del tamaño del esófago o del colon), neurológicas o mixtas. Con el paso de los años, la infección puede causar muerte súbita por arritmias cardíacas o insuficiencia cardíaca progresiva como consecuencia de la destrucción de las inervaciones del músculo cardíaco y del propio músculo.

¿En qué consiste su tratamiento?

La enfermedad de Chagas puede tratarse con benznidazol o con nifurtimox, que matan al parásito. Ambos medicamentos son plenamente eficaces para curar la enfermedad si se administran al comienzo de la infección en la etapa aguda, comprendidos los casos de transmisión congénita. Sin embargo, su eficacia disminuye con el tiempo, y las reacciones adversas son más frecuentes en edades avanzadas. El tratamiento con estos medicamentos también está indicado en caso de reactivación de la infección (por ejemplo, por inmunodepresión) y en los pacientes al principio de la fase crónica, incluidas niñas y mujeres en edad fértil (antes o después del embarazo) para evitar la transmisión congénita.

Se debe ofrecer tratamiento a los adultos infectados, especialmente a los que no presentan síntomas, dado que el tratamiento antiparasitario también puede evitar o frenar la progresión de la enfermedad. En otros casos, los posibles beneficios de la medicación a la hora de prevenir o retrasar el avance de la enfermedad de Chagas deben sopesarse contra la duración prolongada del tratamiento (hasta dos meses) y las posibles reacciones adversas (que se presentan hasta en un 40% de los pacientes tratados). El benznidazol y el nifurtimox no deben administrarse a las embarazadas ni a las personas con insuficiencia renal o hepática. El nifurtimox también está contraindicado en personas con antecedentes de trastornos neurológicos o psiquiátricos. Además, puede ser necesario administrar un tratamiento específico para las manifestaciones cardíacas, digestivas o neurológicas.

Principales recomendaciones para el control y prevención de la enfermedad de Chagas. 

A causa del gran número de animales silvestres que sirven de reservorio al parásito T. cruzi en las Américas, la infección no puede erradicarse. En vez de ello, los objetivos de control consisten en eliminar la transmisión y lograr que la población infectada y enferma tenga acceso temprano a la atención de salud. No hay vacuna contra la enfermedad de Chagas. El parásito T. cruzi puede infectar a muchas especies de triatominos, la mayoría de los cuales se encuentran en la Región de las Américas. El control de vectores ha sido el método más eficaz de prevención en esta región. El cribado de la sangre es necesario para prevenir la infección por transfusiones sanguíneas y trasplante de órganos y para mejorar la detección y los cuidados a la población afectada en todo el mundo.

Según la zona geográfica, la OMS recomienda los siguientes métodos de prevención y control:

  • Rociamiento de las casas y sus alrededores con insecticidas de acción residual.
  • Mejora de las viviendas y su limpieza para prevenir la infestación por el vector.
  • Medidas preventivas personales, como el empleo de mosquiteros, buenas prácticas higiénicas en la preparación, el transporte, el almacenamiento y el consumo de los alimentos.
  • Desarrollo de actividades de información, educación y comunicación contextualizadas para los diferentes actores y escenarios sobre las medidas preventivas y los instrumentos de vigilancia.
  • Cribado de la sangre donada.
  • Pruebas de cribado en órganos, tejidos o células donados y en los receptores de estos.
  • Acceso al diagnóstico y el tratamiento para las personas en las que esté indicado o recomendado el tratamiento antiparasitario, especialmente los niños y las mujeres en edad fecunda antes del embarazo, y cribado de los recién nacidos y otros hijos de madres infectadas que no hayan recibido antes tratamiento antiparasitario para diagnosticarlos y tratarlos precozmente.

Bibliografía:

World Health Organization: WHO. (2023, 6 abril). La enfermedad de Chagas (tripanosomiasis americana)https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/chagas-disease-(american-trypanosomiasis)#:~:text=La%20enfermedad%20de%20Chagas%2C%20tambi%C3%A9n,cruzi.