Encontrarnos con pacientes que presentan patologías valvulares en nuestras rondas y nuestras consultas es cada vez más común y, por eso, hoy queremos recordarte cuáles son las enfermedades valvulares más comunes, sus síntomas y un breve resumen de cómo podemos diagnosticarlas.
El corazón se encuentra dividido en 4 compartimentos: dos aurículas y dos ventrículos, y para un buen funcionamiento del mismo, se requiere que las aurículas y los ventrículos se contraigan y luego se relajen de un modo secuencial y ordenado. Sin embargo, existen dos casos muy comunes donde la relación de estos compartimentos no funciona perfectamente generando una enfermedad valvular:
- La estenosis aórtica valvular.
- La insuficiencia valvular.
La estenosis aórtica valvular: esta patología se produce cuando las válvulas no se abren lo suficiente para dejar pasar sangre a través de ellas, prohibiendo que lleguen al corazón. Al mismo tiempo, la estenosis se produce cuando las válvulas se endurecen, se vuelven más gruesas o se fusionan; y limitan la cantidad de sangre que puede bombear el corazón, teniendo que realizar un mayor esfuerzo.
En el caso de la estenosis aórtica, una de las patologías más comunes, afecta a un 4% de la población y es más frecuente en personas mayores de 70 años.
La insuficiencia valvular: en el caso de esta patología, la válvula no logra cerrarse bien, por lo cual se permite que la sangre fluya en sentido contrario reduciendo la cantidad de sangre que el corazón puede bombear hacia los órganos del cuerpo porque una parte de esta se “escapa” en sentido contrario. Este fenómeno también obliga al corazón a compensar esta pérdida realizando un mayor esfuerzo.
La enfermedad valvular más frecuente después de la estenosis aórtica es la insuficiencia mitral. Alrededor del 1,6% de la población general tiene una insuficiencia mitral, al menos moderada, y este porcentaje aumenta de manera progresiva con la edad.
La principal complicación de estas entidades patológicas es la insuficiencia cardiaca, la cual se caracteriza por la presencia de dificultad respiratoria, cansancio e hinchazón de las piernas, siendo los principales síntomas de alarma temprana. Es nuestro deber como médicos tratantes, detectar una enfermedad valvular en sus fases iniciales para intentar mejorar y prevenir la insuficiencia cardiaca con un diagnóstico rápido y oportuno.
Generalmente podemos detectar una patología valvular en nuestro paciente en el momento que identificamos la aparición de un soplo al auscultar los diferentes focos cardíacos. El soplo es el ruido producido por la turbulencia y vibración de la sangre, que aparecen como consecuencia de la lesión valvular, dándonos un indicio importante sobre la posible patología. Es importante en este sentido resaltar que por medio de un electrocardiograma y una radiografía de tórax podemos detectar y apreciar las consecuencias de la enfermedad valvular. Pero la exploración fundamental y su diagnóstico definitivo se realiza con un ecocardiograma con estudio doppler. Esta técnica permite estudiar de forma muy precisa el tipo y grado de lesión de la afectación valvular, siendo imprescindible para su estudio.
Ahora que recuerdas un poco más sobre estas enfermedades valvulares, cuéntanos en los comentarios cuál ha sido la que más has tratado en tus servicios o consultas y comparte este artículo con tus compañeros, seguramente alguno de ellos necesita recordar este tema para seguir preparándose y ser un mejor profesional.