En los procesos de admisión a especialidades médicas, la revisión de la hoja de vida es una fase importante, pues es donde logran evaluar el perfil del aspirante para saber si es el médico idóneo para ser residente. Si te encuentras con el reto de no saber cómo hacerla de la mejor manera posible para lograr que resalte entre los demás aspirantes, quédate y lee este artículo, te contaremos cómo puedes construir una hoja de vida estratégica y así lograr impresionar a tus evaluadores.

Para construir tu hoja de vida debes tener en cuenta 2 aspectos que son: la forma y el contenido.

La forma de la hoja de vida es la estructura, el cómo se ve, esta es una excelente oportunidad para impresionar al evaluador, mantén los 4 pilares que te contamos a continuación para que la forma de tu hoja de vida genere una muy buena primera impresión.

  1. Mantén la sobriedad, evitando usar exceso de colores, o elementos que creen ruido.
  2. Evidencia el profesionalismo, poniendo información que muestre tu preparación.
  3. La claridad, manteniendo un lenguaje fácil de entender para cualquier persona.
  4. La síntesis, evitando la extensión innecesaria.

Algunas universidades tienen una plantilla previa para la hoja de vida, en estos casos, tienes que ajustar tu información al formato que plantee la institución, manteniendo los 4 pilares anteriormente descritos.

El contenido de la hoja de vida es la información de valor que tú como profesional debes dar a conocer. Esta información es:

  • Datos de contacto: es indicar a qué número y a qué correo electrónico te pueden contactar, aquí no son necesarios tus datos personales como cédula ni dirección de vivienda, a menos que la universidad los solicite en su formato de hoja de vida. Dar correctamente los datos de contacto es crucial para que la universidad pueda comunicarse contigo en caso de que necesite entregarte alguna información sobre el proceso.
  • Perfil ocupacional: este es uno de los elementos más importantes de tu hoja de vida. Aquí escribes el resumen de tu trayectoria profesional, es el abrebocas de lo que la persona que revisa tu hoja de vida va a encontrar en el resto del documento. Es esencial que hables no solo de tus cualidades como persona, sino también de tus habilidades destacadas en el campo de la medicina, menciona sobre tu experiencia laboral, sobre competencias técnicas relacionadas con la especialidad que te interesa, sobre investigación y trayectoria académica. Procura que la extensión sea de 5 a 7 renglones.
  • Experiencia profesional: esta es la oportunidad para que resaltes tus experiencias que sean afines a la especialidad a la que estás aspirando. Esta experiencia no tiene que ser únicamente laboral, puedes incluir actividades teórico-prácticas, voluntariados, entre otros.
  • La formación académica: aquí informas acerca de los títulos profesionales formales que has obtenido, especialmente, los títulos más recientes. Puedes incluir el puesto en tu cohorte, y promedio. Estos dos últimos elementos no son obligatorios, pero pueden servirte para marcar la diferencia.
  • Logros y proyectos: destaca tus reconocimientos cuantitativos y cualitativos, como menciones de honor, becas, intercambios, desarrollo de programas, premios en competencias, entre otros.

Recuerda que toda la información que pongas, debe estar sustentada por los soportes y certificados necesarios, y que la universidad te solicitará todos estos documentos para revisar tu hoja de vida.

Componentes secundarios de una hoja de vida

Estos componentes son los que no todas las personas que se presentan a las residencias médicas tienen, y no es obligatorio ponerlos, pero si tú los tienes, son un gran plus.

  • Experiencia investigativa: cuenta cuáles son tus aportes en materia intelectual, tus participaciones en grupos de investigación, semilleros, y otros.
  • Formación complementaria: enumera los eventos de actualización profesional a los que has asistido, como congresos, simposios, cursos, diplomados, entre otros.
  • Competencias lingüísticas: si manejas una segunda lengua, comunícalo, poniendo datos de cursos de formación, exámenes internacionales, intercambios, etc.
  • Habilidades técnicas: presenta las habilidades que tengas y puedan ser de interés para los evaluadores, como procedimientos específicos o manejo de ciertas enfermedades.
  • Referencias de interés: consigna las referencias laborales o académicas que puedan dar cuenta de tu trayectoria y capacidades. Procura poner la información que es de interés para la especialidad médica a la que estás aspirando.

Una recomendación especial…

No dejes para última hora la organización de todos los documentos que necesitas, puedes ir creando una carpeta en la que guardes los archivos que te soliciten. Si no presentas la información completa, esto puede restarte puntos al momento de la evaluación. No pierdas la oportunidad de mostrar que eres el candidato ideal para ser R1.

Si vas a empezar un proceso de admisión, pon mucha atención a estos detalles, comparte este artículo con tus amigos que también estén enfrentando tu mismo reto de construir una hoja de vida que impacte, y afronten cada etapa estando un paso por delante, así aumentarán sus posibilidades de convertirse en el especialista que sueñan.