Cuando elegiste la medicina, probablemente lo hiciste con una mezcla de vocación, curiosidad científica y deseo genuino de ayudar a otros. Pero en medio de turnos extensos, decisiones complejas y una carga emocional constante, es fácil olvidar algo fundamental: también eres una persona que necesita cuidado. En un entorno donde cuidar de los demás es la norma, el autocuidado puede parecer un tema que no tiene cabida en tus prioridades, pero la verdad, es que es sumamente importante.
¿Por qué el autocuidado es clave en la práctica médica?
- Previene el desgaste profesional: el burnout no solo afecta tu salud mental y física, sino también tu capacidad para tomar decisiones clínicas acertadas. Si te cuidas, no solo experimentarás mayor bienestar físico, sino que serás un mejor médico, porque podrás pensar claramente.
- Mejora la relación médico-paciente: un médico emocionalmente estable, descansado y presente escucha mejor, se comunica con mayor claridad y se conecta con más empatía.
- Reduce errores clínicos: el cansancio crónico, la sobrecarga emocional y la falta de concentración son factores de riesgo que se pueden prevenir con hábitos de autocuidado.
Estrategias realistas de autocuidado para médicos
Sabemos que el autocuidado en medio de jornadas externas no es fácil de lograr, que no siempre puedes contar con tardes libres, por eso, te contamos sobre unas prácticas sencillas que pueden ser de gran ayuda para alcanzar el bienestar en contextos exigentes:
1. Haz pausas intencionales, aunque sean breves
No necesitas una hora libre, solo unos minutos de respiración consciente, estiramiento o silencio entre pacientes o procedimientos puede ser suficiente. Tres minutos bien usados pueden resetear tu mente.
2. Aprende a decir que no (o no ahora)
No todo lo que se te pide es urgente ni te corresponde a ti. Establecer límites no te hace menos comprometido, te hace más organizado y te brinda la posibilidad de sostener tu buen rendimiento en el tiempo.
3. Crea microhábitos de bienestar
Pequeños gestos repetidos con intención:
- Tomar agua regularmente.
- Comer sentado (aunque sea 10 minutos).
- Dormir sin celular cerca.
4. Habla con otros médicos
Compartir lo que sientes con colegas te ayuda a liberar las cargas, a darte cuenta de que no eres la única persona a la que le pasa. Cuando construyes redes de apoyo, construyes el salvavidas que necesitas en los momentos críticos.
5. Busca ayuda profesional sin culpa
Tú como profesional de la medicina sabes lo importante que es que los pacientes consulten a tiempo, así mismo es cuando como médico necesitas ayuda porque estás al borde del burnout. Buscar ayuda a tiempo da mucho más espacio a tomar acciones que mantengan tu bienestar mental.
Ten en cuenta que el autocuidado no se trata de priorizarte en lugar de priorizar a tus pacientes, sino de incluir tu bienestar dentro de las prioridades. Cuando tú logras estar bien, das lo mejor de ti mismo.