La ansiedad antes de un procedimiento delicado, como una cirugía, o cualquier otra práctica, no es exclusiva de los pacientes. Los médicos, incluso los más experimentados, pueden sentir esa presión interna al enfrentarse a una intervención que exige precisión y control absoluto. Sin embargo, permitir que la ansiedad tome el control puede afectar la toma de decisiones y el rendimiento en el quirófano. Por eso, es clave desarrollar estrategias efectivas para manejarla. A continuación te contamos qué puedes hacer para lograrlo:
- Reconoce que la ansiedad es normal
Sentir ansiedad antes de una cirugía no significa que seas menos competente. Al contrario, demuestra que te importa el resultado y la seguridad del paciente. La clave no es evitar la ansiedad, sino aprender a gestionarla para que no afecte tu desempeño. Por eso, el primer paso, es aceptar lo que estás sintiendo. - Confía en tu preparación
La mejor defensa contra la ansiedad es la preparación. Repasa la anatomía, los protocolos y los posibles escenarios. Saber que has estudiado y practicado lo suficiente te dará una sensación de control y reducirá la incertidumbre. - Utiliza la respiración como herramienta de enfoque
La respiración diafragmática o la técnica 4-7-8 (inhalar en 4 segundos, sostener en 7 y exhalar en 8) pueden ayudarte a mantener la calma antes y durante el procedimiento. No minimices el impacto que respirar conscientemente puede significar, ya que te devuelve al presente. - Ten un plan para los imprevistos
Uno de los mayores generadores de ansiedad es el miedo a lo inesperado. Prepara un plan de acción para las complicaciones más comunes y repasa mentalmente qué harías en cada caso. Anticipar los desafíos te hará sentir más seguro y menos reactivo ante situaciones difíciles. - Controla el diálogo interno
La forma en la que te hablas a ti mismo antes de una cirugía influye en tu desempeño. En lugar de pensar «¿Y si algo sale mal?», cambia el enfoque a «Estoy preparado y sé cómo manejar lo que venga». Las afirmaciones positivas pueden parecer simples, pero tienen un impacto real en la confianza. Puedes mirarte en el espejo y decírtelo, o escribirlo en forma de nota y dejarla en un lugar visible. - Usa la visualización a tu favor
Muchos cirujanos de alto nivel utilizan la visualización como una herramienta para mejorar el desempeño. Antes de entrar al quirófano, cierra los ojos e imagina cada paso del procedimiento, visualiza movimientos seguros y precisos. Este ejercicio te ayudará a programar tu mente para la ejecución exitosa. - Mantén hábitos saludables fuera del quirófano
La ansiedad no se maneja solo en el momento crítico, sino también en el día a día. Dormir lo suficiente, hacer ejercicio regularmente y tener estrategias de manejo del estrés (como mindfulness o técnicas de relajación) te ayudarán a mantenerte equilibrado en situaciones de alta presión.
La ansiedad antes de una cirugía no es un enemigo, sino una señal de que estás comprometido con lo que haces. En lugar de dejar que te paralice, úsala como un impulso para mejorar tu preparación y desarrollar herramientas para mantener la calma. Un médico que aprende a manejar su ansiedad no solo mejora su desempeño, sino que también transmite seguridad a su equipo y a sus pacientes. Y recuerda, esas emociones también pasarán.