En el momento en el que decidimos ser médicos por la vocación, la pasión y el amor que sentimos por la medicina, sabíamos que en nuestras manos iba a estar una carrera humana caracterizada por el querer ayudar a los demás brindándoles una mejor calidad de vida y por mantener intacto nuestro deseo por aportar a la vida de las personas incluso en aquellos momentos difíciles que pueden causarnos estrés. 

Aunque sabemos que dentro de nuestra profesión existen diversas fuentes de información donde podemos aprender tantas cosas como queramos, debemos de recordar que ser médico oscila entre el saber y el transformar, pero ¿de qué tratan estos términos? Hoy queremos contarte un poco más sobre ellos y recordarte que cuando amas y te apasionas por tu carrera siempre tendrás el éxito en tus manos. 

El saber: nuestra profesión es de constante dedicación y estudio debido a los complejos temas y las diversas patologías que tratamos en nuestro día a día; el saber médico y tener el conocimiento necesario para brindarle un diagnóstico y un tratamiento óptimo a nuestros pacientes es una de nuestras más grandes características. 

Por eso, un fundamento teórico sólido y la práctica médica nos brinda un buen porcentaje de las herramientas que necesitamos para ofrecer una excelente atención médica y es que se requiere de una buena formación científica y académica para poder poner nuestros conocimientos al servicio de la calidad de vida y la salud de nuestros pacientes. 

El transformar: por otro lado, existe un concepto que, aunque no es manejado por muchos de los profesionales del área de la salud, es elemental para nuestro ejercicio como médicos, ya que complementa esas herramientas que necesitamos para ser los mejores en nuestra labor. Transformar la forma en la que vemos nuestra profesión y disfrutarnos cada día, hace que toda actividad que hagamos sea más que un trabajo y se convierta en nuestro estilo de vida.

Convertirnos en los médicos que el mundo necesita es una tarea que se puede lograr cuando transformamos la forma de ver a cada paciente, cuando le dedicamos toda nuestra capacidad médica para dar un buen diagnóstico, pero, sobre todo, cuando nos preocupamos genuinamente y velamos por su salud. 

Ser médico y tener el sueño de ser especialistas lleva consigo un compromiso que va desde el saber hasta el transformar, concibiendo un mundo donde la humanización en la atención médica y la priorización de la integridad de cada paciente que tratamos sea una realidad. 

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