Jaime, paciente de 32 años, llega a consulta médica refiriendo que hace 8 meses presenta “excesivo cansancio”, sobre todo en las horas del día, y que esto le ha causado inconvenientes en su lugar de trabajo, puesto que hace 3 meses se viene quedando dormido hasta en las reuniones, por lo que su jefe le ha llamado la atención en varias ocasiones. Además, refiere que también se queda dormido en el bus de camino a su casa y que, debido a esto, muchas veces se pasa por mucho del lugar donde se debe bajar.

Es común que nos encontremos en nuestras consultas con personas adultas que presentan problemas relacionados con el sueño y cansancio excesivo en su día a día, llevando a cada paciente a presentar problemas de hipertensión arterial (entre otras comorbilidades cardiovasculares), disminución en la calidad de vida y aumento en la mortalidad por no tener una rutina de sueño adecuada entre 7 y 8 horas diarias. 

A esta patología se le llama comúnmente apnea/hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS) y puede agruparse en 3 grandes categorías: 

  1. Problemas para quedarse dormidos (o para mantenerse dormidos).
  2. Comportamientos o movimientos anormales durante el sueño.
  3. Somnolencia excesiva durante el día.

¿Qué es el SAHOS? ¿Cuáles son sus síntomas más comunes?

El síndrome de apnea/hipopnea obstructiva del sueño (SAHOS), hace parte de los trastornos de la tercera categoría mencionada anteriormente, y se caracteriza por múltiples episodios de hipopnea (respiración lenta o poco profunda) o apnea (pausas prolongadas en la respiración) durante el sueño, esto debido a la obstrucción en la vía aérea superior que frecuentemente se acompañan de ronquido. 

Algunos de sus síntomas más comunes surgen en la edad adulta y, como a Jaime, el protagonista de nuestra historia, le aparecen síntomas cómo: fatiga diurna excesiva, ronquidos fuertes, respiraciones superficiales, boca seca, sensación de sueño no reparador y cefaleas matutinas. Esto afectando en gran medida la calidad de vida de pacientes como Jaime.

¿Cómo podemos tratarlo oportunamente en consulta?

Es importante tener en cuenta que esta patología afecta más a hombres que a mujeres y, además, se encuentra asociada a comorbilidades como diabetes mellitus tipo 2, fibrilación auricular, falla cardíaca, enfermedad cerebrovascular y enfermedad de Alzheimer, lo que nos lleva a generar un primer diagnóstico basado en la historia clínica del paciente.

Una vez realizado la valoración clínica, la prueba de referencia para establecer el diagnóstico del SAHOS es la polisomnografía nocturna (PSG), la cual se trata del registro de una serie de variables neurofisiológicas, respiratorias y cardíacas que nos permiten conocer la cantidad y la calidad del sueño, así como la repercusión de las apneas e hipopneas en el sueño. No se recomienda la tamización del SAHOS en la población general, pero la evidencia reciente aconseja usar test predictivos en todos nuestros pacientes, como el STOP-BANG Questionnaire y el Sleep Apnea Clinical Score, que han demostrado un valor predictivo para el diagnóstico más oportuno.

¿Cuál sería el tratamiento que se le daría a Jaime o a nuestros pacientes?

El tratamiento más usado y estudiado es la presión positiva continua en vía aérea (CPAP). En los casos leves a moderados, el paciente puede requerir usar este dispositivo solo en la noche; los pacientes con casos severos pueden ser candidatos a usarlo durante más horas al día. Este tratamiento mejora la severidad de los síntomas y disminuye la mortalidad y la aparición de comorbilidades y está comprobado que hasta el 70% de los pacientes con SAHOS son obesos, por lo que es de suma importancia indagar por problemas del sueño en pacientes con obesidad que acuden a nuestra consulta, siendo un buen paso inicial la pérdida de peso para la mejora de los síntomas del SAHOS.

Como ejemplo, podemos tomar a Jaime al cual se le realizó el siguiente enfoque: 

  • En el examen físico se encontró que parecía un hombre de aspecto descuidado con gran panículo adiposo. Los signos vitales: TA: 145/80 mmHg, peso: 119 Kg, talla: 1,75 m (IMC: 38,9), y evidencia de acantosis nigricans en el cuello. Sin otros hallazgos relevantes.
  • El médico solicitó perfil lipídico, glicemia en ayunas, hemograma completo, TSH y T4 libre (inicialmente TSH según protocolo institucional), electrocardiograma y niveles séricos de creatinina. Se envió orden para valoración por nutrición, toma seriada de presión arterial y le dieron indicaciones para diligenciar el Sleep Apnea Clinical Score, y una vez tuviera los resultados consultara nuevamente para seguimiento.
  • Los datos clínicos revelados en este caso pueden dar indicios de un paciente que padece SAHOS, ya que al ser un hombre obeso con alto riesgo cardiovascular con signos sugestivos de resistencia a la insulina, la elevación de la tensión arterial, el ronquido y la fatiga, son comunes.

¿Has tenido pacientes como Jaime que presentan SAHOS? Cuéntanos en los comentarios cuáles han sido tus experiencias y síntomas asociados a esta patología.

Referencias bibliográficas:

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