La migraña es un trastorno neurológico caracterizado por episodios
recurrentes de dolor de cabeza de moderado a severo, generalmente
asociado con náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al sonido. Aunque el tratamiento estándar incluye medicamentos específicos como triptanes, AINEs y terapias preventivas, el uso de opioides en la migraña sigue siendo un tema de debate.

Epidemiología

La migraña afecta aproximadamente al 12% de la población mundial, con mayor prevalencia en mujeres (3:1) y en personas de 18 a 44 años. Si bien los opioides no se recomiendan como tratamiento de primera línea, un porcentaje significativo de pacientes los utiliza, especialmente en contextos donde el acceso a tratamientos específicos es limitado. Se estima que hasta un 5-10% de los pacientes con migraña crónica reportan uso de opioides en países desarrollados.

Clínica

La migraña se caracteriza por:

  1. Fase premonitoria: síntomas como fatiga, cambios de humor o antojos.
  2. Aura (en algunos casos): alteraciones visuales o neurológicas transitorias.
  3. Dolor de cabeza: unilateral, pulsátil, de intensidad moderada a severa, que empeora con la actividad física.
  4. Fase postdromo: sensación de fatiga o confusión tras el episodio. El manejo del dolor intenso, particularmente en pacientes con migraña refractaria o crónica, ha llevado a la exploración de los opioides como una opción terapéutica en casos seleccionados.

Diagnóstico

El diagnóstico de migraña es clínico, basado en los criterios de la International Headache Society (IHS). En pacientes que reportan uso de opioides, es esencial evaluar:

★ Frecuencia e intensidad de las crisis: para determinar si el paciente cumple criterios de migraña episódica o crónica.
★ Uso de medicamentos: para descartar cefalea por abuso de medicamentos.
★ Comorbilidades: como depresión, ansiedad o trastornos del sueño, que pueden influir en la elección del tratamiento.

Tratamiento

El uso de opioides en la migraña no es de primera línea y generalmente se reserva para situaciones específicas, como intolerancia o contraindicación a terapias estándar, o en contextos paliativos. Sin embargo, su empleo está asociado con importantes riesgos, incluyendo tolerancia, dependencia y cefalea por abuso de medicamentos.

Promoción y Prevención

La prevención del uso inadecuado de opioides en migraña requiere un enfoque integral:

  1. Educación del paciente: sobre los riesgos del uso crónico de opioides y las opciones terapéuticas alternativas.
  2. Seguimiento regular: para identificar signos de abuso o dependencia.
  3. Acceso a tratamientos específicos: aumentar la disponibilidad de terapias estándar como triptanes o anticuerpos monoclonales.
  4. Medidas preventivas no farmacológicas: incluyendo modificaciones del estilo de vida, manejo del estrés y sueño adecuado.

Conclusiones

Los opioides tienen un rol limitado en el manejo de la migraña y solo deben considerarse en contextos muy específicos bajo estricta supervisión médica. Su uso indiscriminado está asociado con consecuencias adversas significativas, como tolerancia, dependencia y cefalea por abuso de medicamentos. El manejo óptimo de la migraña debe centrarse en tratamientos específicos y estrategias preventivas que aborden tanto los síntomas como los factores desencadenantes.