Desde hace algunos años, las modalidades de enseñanza y aprendizaje han evolucionado a la par de los avances tecnológicos que hemos presenciado como sociedad. De hecho, puede decirse que la nueva normalidad que trajo el 2020 revolucionó completamente la educación tradicional tal y como la conocíamos debido a que pasamos a utilizar los distintos dispositivos electrónicos para adquirir el mismo conocimiento que aprendíamos en la presencialidad de un salón de clases. Este cambio impactó en todos los ámbitos educativos, incluso en el de la educación médica.
Pero… ¿Es realmente efectiva la modalidad virtual para prepararnos como especialistas?
Aunque la educación virtual puede generar una sensación de escepticismo para muchas personas, especialmente cuando se trata de una formación importante para nosotros como la de prepararnos para pasar a la especialización de nuestros sueños, la verdad es que es una forma de aprendizaje realmente efectiva con muchos beneficios clave e interesantes para los médicos como, por ejemplo, el ahorro de tiempo y dinero o la inmediatez y la facilidad para adquirir nuevos conocimientos. Estas características hacen que en algunos casos, la virtualidad demuestre mejores resultados que los métodos tradicionales.
Sin embargo, cabe aclarar que el éxito de esta modalidad dependerá de dos aspectos fundamentales:
- Composición del curso.
- Disposición personal.
Composición del curso: El primer punto clave para la efectividad de esta modalidad está en la manera en la que estén diseñadas las clases. Es decir, el curso debe estar pensado teniendo en cuenta nuestras necesidades y nuestros requerimientos como profesionales del área de la salud.
Por eso, para facilitar nuestro aprendizaje y nuestra preparación para los procesos de admisiones de las especializaciones, debemos asegurarnos de que el curso que obtengamos, además de contar con videos explicativos para la actualización de nuestros conocimientos médicos, tenga recursos como simulacros, material de apoyo e incluso, de ser posible, que sus clases sean desarrolladas a partir del microlearning, el cual es un proceso formativo que nos permite obtener conocimientos de manera rápida y con muy buenos resultados.
Disposición personal: Por otro lado, debemos de tener en cuenta nuestro estilo de aprendizaje y, por supuesto, la disposición y el compromiso que tengamos por formarnos de manera adecuada para alcanzar nuestro objetivo de ser admitidos a la residencia.
Para cumplir con este aspecto, podemos poner en práctica algunos consejos como el de familiarizarnos con la plataforma educativa para poder acceder sin ningún tipo de inconveniente a las clases y aprovechar cada uno de los recursos que tenemos a nuestra disposición o el de realizar un plan de estudios con la ayuda de un equipo especializado para definir un horario y una rutina que nos permita estudiar eficientemente y avanzar correctamente en nuestro proceso de aprendizaje y preparación como futuros residentes.
Como podemos ver, si tenemos en cuenta estos dos elementos, la educación virtual es una gran alternativa para facilitar nuestra formación y nuestro proceso de aprendizaje, sin modificar nuestro ritmo de vida, permitiéndonos una preparación integral para convertirnos en el especialista que tanto hemos deseado.